Ecoansiedad: cómo reducir los síntomas del estrés por el cambio climático

Ecoansiedad
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¿Has escuchado la palabra ecoansiedad? En los últimos años se ha multiplicado el uso de este término que designa a la ansiedad que provoca en algunas personas el miedo a las posibles consecuencias del cambio climático. Afecta especialmente a las generaciones más jóvenes, que están más concienciadas con los problemas que puedan surgir en el futuro cercano debido al calentamiento global.

Entre los síntomas que provoca están el nerviosismo, el miedo al futuro, la apatía, una grave preocupación, pensamientos intrusivos y otros síntomas físicos de la ansiedad como dificultad para respirar, agobio o dolor en el pecho, siempre motivados por el pánico a las dificultades que la crisis climática pueda generar a medio plazo.

El 84% de los jóvenes sienten preocupación por el futuro del planeta según un estudio publicado en Lancet.

Aunque se puede sufrir a cualquier edad, las personas entre los 16 y los 25 años tienen más posibilidades de desarrollarla. Según un estudio de la revista Lancet, el 84% de los jóvenes sienten preocupación por el futuro del planeta. Esta generación ve cómo se habla cada vez más de las posibles consecuencias de la crisis climática pero no se toman medidas reales, considera que no son ellos los que han causado esta crisis pero sí son quienes más la van a sufrir.

También se está viendo cada vez mayor preocupación en niños y niñas, que aprenden sobre estos temas y desarrollan miedo a lo que pueda ocurrir en el planeta en el futuro.

Las personas con ecoansiedad sienten que no se hace nada para frenar realmente el calentamiento global, la contaminación ambiental o la pérdida de biodiversidad y eso les preocupa enormemente. Además, son conscientes de que ellos mismos no tienen capacidad de hacer cambios significativos por mucho que se esfuercen y se sienten ignorados en sus reivindicaciones. Sus gestos individuales siempre les parecen insuficientes y se desaniman al ver que en su entorno el problema no se percibe igual.

 

¿Qué se puede hacer para tratar o combatir la ecoansiedad?

 

Por supuesto en casos de ansiedad grave, la mejor opción es acudir a un profesional de la salud mental. A parte de eso, la persona puede intentar asumir que lo que se siente es algo normal y natural dada la situación actual en la que realmente aún no se han tomado medidas efectivas para frenar el calentamiento global. Entender lo que ocurre puede ayudar a mitigar los síntomas.

 

 

Dicho esto, es importante aceptar una sola persona no puede soportar el peso de una crisis que es global. Hay que intentar quitarse ese peso tan enorme y asumir que individualmente sí se pueden hacer gestos importantes pero no auto-imponerse una labor tan grande. Darle la vuelta a esa sensación de ansiedad e intentar actuar gracias a ella es la clave para mejorar este estado de ánimo. No verlo como una situación sin salida sino pensar que se puede actuar para cambiarlo.

Es importante que la persona sienta que está trabajando para el cambio pero sin verse sobre pasada por la situación.

Puede ayudar ponerse metas pequeñas y asequibles pero que contribuyan al cambio, por ejemplo influir en el entorno cercano para que más personas lleven una vida sostenible, coman más sostenible o apuesten por la moda sostenible. Proponer cambios en las instituciones y empresas locales, trabajar para el cambio de manera asumible. Es importante que la persona sienta que está trabajando para el cambio pero sin verse sobre pasada por la situación.

Rodearse de personas que entiendan lo que sienten y darse apoyo mutuo también es positivo. Colaborar con una ONG de medio ambiente, sumarse a un grupo de trabajo o de estudio sobre el tema, participar en una actividad positiva para la naturaleza, etc. son maneras de estar con personas que entienden el problema e intentan ayudar.

Leer y formarse pero de forma constructiva. Aunque es importante conocer las novedades sobre la crisis climática para combatirla, hay que intentar centrarse en la información positiva que contribuya al cambio más que ahogarse en noticias negativas que pueden llevar a una mayor desesperación. Buscar medios, canales o perfiles sociales que informen de todo lo que podemos hacer o lo que ya se está haciendo para cambiar nuestra relación con el planeta es positivo.

Unirse a la reivindicación o acción colectiva también puede ayudar, por ejemplo acudir a manifestaciones, escribir artículos, utilizar las redes sociales para divulgar sobre el tema u otras acciones similares.

La ecoansiedad no parece que vaya a disminuir en los próximos años sino que es posible que se agrave y cada vez más personas la vivan.

Lo único que podría mitigar de verdad este problema sería la acción real de gobiernos, instituciones y grandes empresas, la puesta en marcha de medidas para frenar la crisis climática.

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