Moda sostenible: qué es la ropa ecológica y qué distingue realmente a las marcas sostenibles

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MODA SOSTENIBLE. No sé vosotros pero yo estas dos palabras no he dejado de escucharlas por todos lados en los últimos años. Se cuelan en revistas de moda, aparecen en las noticias, proliferan en los contenidos de influencers y protagonizan campañas publicitarias de marcas de ropa de todos los estilos y tamaños. Pero, ¿qué quiere decir realmente el concepto “moda sostenible”? 

La definición de moda sostenible podemos resumirla como una corriente de la moda nacida en el siglo XXI que fomenta el diseño, la producción y la distribución de ropa con criterios ecológicos, de respeto al medio ambiente y a las personas. Esto implica una fabricación con menor impacto en la naturaleza, que utiliza menos recursos que el textil convencional y cuyos trabajadores son tratados con dignidad. Además, la moda sostenible suele ser más transparente, ofreciendo al consumidor toda la información sobre sus procesos de producción, transporte y venta del producto.

Encajar en esta clasificación requiere un gran esfuerzo por parte de los emprendedores que ponen en marcha este tipo de empresas y de las marcas ya establecidas que quieren cambiar para acercarse a este modelo. Se estima que la producción textil es responsable del desperdicio del 20% del agua usada en la industria global del resto de sectores y emite los mismos gases de efecto invernadero que el transporte marítimo y los vuelos internacionales juntos, según un informe de la ONU.

Los procesos de manufactura de la moda son muy contaminantes y utilizan grandes cantidades de recursos naturales. Aunque ya hay muchas posibilidades alternativas para fabricar de manera más responsable, cambiarlos supone un gran esfuerzo económico y necesita tiempo. En la actualidad nos encontramos inmersos en ese proceso de cambio que también necesita el apoyo de los consumidores para poder completarse. 

¿Cómo nace el concepto de moda sostenible?

Durante los primeros años del siglo XXI la moda rápida se encuentra en pleno auge, el consumismo vive una época dorada justo antes de la crisis económica que se inicia en 2008. A pesar de la crisis la fast fashion no solo no se hundió sino que siguió creciendo durante los años siguientes. Los bajos precios permiten que ir de compras siga siendo una actividad de ocio barato para muchas personas que, por cierto, como consumidores casi nunca conocen realmente lo que hay detrás de una camiseta que cuesta menos de 5€. 

El aumento del consumo y la reducción del tiempo de uso de la ropa, han conllevado en las últimas dos décadas un gran crecimiento de la basura textil en el planeta. Según la Fundación Ellen MacArthur solo el 1% de la ropa que se desecha se recicla para generar nuevas prendas, el 13% se recupera al menos parcialmente para reutilizarse o revenderse y el 86% termina en vertederos o se quema.

La industria sigue creciendo incluso en la actualidad, a pesar de que ha sufrido grandes crisis de reputación, con escándalos de explotación infantil, trabajo esclavo en países de Asia, África y Latinoamérica, etc. Una de las crisis más graves fue la del accidente del Rana Plaza en Bangladesh, en el que murieron más de 1100 personas con el derrumbe del edificio en el que se fabricaba prendas para marcas muy conocidas. Este hecho fue fundamental para concienciación en moda sostenible y dio lugar al nacimiento del movimiento Fashion Revolution. 

Como contraposición a la deriva de la industria textil nace la moda sostenible, que tiene en cuenta el impacto social, económico y medioambiental de la producción de ropa en el entorno global actual.

En la industria cada vez hay mayor consenso en torno a la producción sostenible, el futuro de la moda será sostenible o no será. En ActandBe nos tomamos muy en serio la sostenibilidad de la marca  y, aunque sabemos que esto es un camino de largo recorrido en el que siempre se puede mejorar, nos enfrentamos al futuro con la intención hacerlo cada vez mejor.

¿Qué características tienen las marcas de moda sostenible?

Los factores que distinguen a las marcas de moda sostenible tienen que ver con todos los procesos que conforman una marca. Desde el cultivo del algodón para hacer el tejido, hasta la gestión de sus tiendas o el uso que hacen de sus redes sociales. La sostenibilidad hace referencia a procesos mantenidos en el tiempo con efectos positivos o neutros, nunca negativos, sobre la sociedad o el medio. Por eso, desde la confección a la publicidad, todo puede hacerse (o no) de forma sostenible. Algunas características de marcas éticas, ecológicas o de moda lenta son:

El algodón orgánico es un material usado en moda sostenible.

-Elección de materiales ecológicos o con menor impacto medioambiental

El material seleccionado determina una gran parte del impacto de la prenda, las marcas ecofriendly apuestan por tejidos con una huella de carbono más baja, biodegradables, reciclados y fabricados de manera respetuosa con los trabajadores. Algunos ejemplos de materiales sostenibles pueden ser el algodón orgánico, el lino o el bambú, porque utilizan menos pesticidas, agua y químicos para producirse. Los tejidos reciclados también son otra opción, pueden ser de origen natural como el algodón o la lana reciclados o sintéticos como la poliamida o el poliéster reciclado, el reciclaje permite ahorrar materias primas y energía en la fabricación de las telas y da una segunda vida a restos que se iban a convertir en basura. 

En la actualidad la investigación en materia de tejidos es enorme y cada año surgen novedades. Por ejemplo pieles producidas con materias vegetales, tejidos técnicos hechos con algas o residuos marinos, telas que son 100% reciclables y permiten repetir el proceso muchas veces o tejidos con tacto sintético pero de origen natural y compostables. Si entre todos seguimos apoyando a la industria de la moda sostenible, en el futuro se multiplicarán las posibilidades de elaborar ropa con materiales inocuos para el planeta y se mejorarán los procesamientos de la ropa usada desechada y los restos de la producción textil.

En cuanto a los componentes químicos usados para tratar y teñir los tejidos, en la industria sostenible se utilizan productos lo menos contaminantes posible y se procesan los desechos de forma que no acaben dañando ningún espacio natural.

-Respeto a los trabajadores

La plantación de las semillas, el hilado de las fibras, la creación del tejido, la confección de la prenda, el empaquetado, el transporte, la venta… todos las tareas que rodean a una marca necesitan personas y en la industria sostenible todas las personas encargadas de ellas deben ser tratadas de forma correcta y respetuosa. Eso implica salarios dignos e iguales para hombres y mujeres, horarios de trabajo adecuados, días libres y vacaciones pagadas, entornos de trabajo saludables donde nadie ponga en riesgo su salud y su vida, no explotar a ninguna persona en toda la cadena de producción y no contratar a menores. 

Suena raro tener que indicar todo esto porque deberíamos darlo por hecho pero, lamentablemente, la industria de la moda convencional y la fast fashion no siempre lo cumplen. Son conocidos numerosos escándalos y accidentes relacionados con grandes marcas que se habían despreocupado de lo que ocurría dentro de las fábricas a las que hacían sus encargos, esto es algo que las marcas sostenibles no quieren ni deben perpetuar, por lo que el trato digno a los trabajadores es fundamental.

-Venta de productos de calidad:

Cualquier producto textil que dure poco, que esté elaborado para que solo nos guste una temporada o que se estropee tras ella no puede considerarse sostenible. El sistema de la moda convencional actual está basado en crear tendencias pasajeras que pueden llegar a durar tan solo unas semanas, en la venta continua de novedades que dejan obsoletas las colecciones anteriores y, en muchos casos, en la promoción de prendas a precios muy bajos que permiten que compremos más cantidad de ropa sin preocuparnos por la calidad. Según la Fundación Ellen MacArthur en las dos últimas décadas hemos aumentado la cantidad de ropa que compramos pero usamos cada vez menos tiempo las prendas que acaban muchas veces en vertederos tras usarlas entre 7 y 10 veces.

Las marcas éticas y ecológicas justo luchan para evitar eso, la idea que promueve la moda slow es “comprar menos pero comprar mejor”, la buena calidad está en la base de su producción.

Menor uso de productos de origen animal

Y, en el caso de utilizarlos, verificación de respeto a los animales asegurándoles una vida digna. En el caso de las marcas ecológicas hay consenso en cuanto a apoyar el bienestar animal. Hay marcas veganas que proponen una moda sin ningún uso de elementos de origen animal, utilizando tejidos de origen vegetal o sintético. Y hay marcas que, utilizando materiales de origen animal, como la lana de oveja o alpaca, verifican que los animales de los que se obtienen esos recursos se críen en espacios abiertos naturales y con el máximo cuidado para respetar su vida y su ecosistema.

En ActandBe no utilizamos ningún producto de origen animal.

-Producción local o en fábricas sostenibles/responsables de otros países

La fabricación en cercanía permite a las empresas sostenibles reducir la huella de carbono al evitar transportes transoceánicos y gestionar mejor las producciones adaptándolas más fácil y rápidamente a la demanda del consumidor, evitando así la sobre producción. 

Sin embargo, fabricar localmente no es una condición imprescindible para ser sostenible, hay firmas que fabrican en otros países generando trabajo justo y de calidad en entornos desfavorecidos, para ello a la hora de producir eligen fabricas, certificadas y transparentes  Además en muchos casos utilizan transportes de menor impacto para trasladar las producciones.

-Apoyo a causas sociales o medioambientales

Muchas compañías de moda sostenible acompañan su actividad principal de producción y venta con proyectos de responsabilidad social corporativa relacionadas con la protección de los derechos de las personas o la naturaleza. Desde la reforestación de áreas naturales dañadas, hasta la gestión de proyectos de educación de niñas en otros países, son muchas las causas con las que se comprometen las empresas de este tipo dedicando a ello un porcentaje de sus beneficios. Por ejemplo, en ActandBe plantamos un árbol por cada pedido recibido en nuestra web.

-Difusión y concienciación de la importancia de proteger el planeta

El conocimiento es fundamental para crear una sociedad más respetuosa con la naturaleza, por eso la sostenibilidad afecta a la comunicación, historia y mensajes que lanzan este tipo de marcas. En muchos casos intentan dar a conocer datos sobre la emergencia climática y aportar soluciones, generan concienciación entre sus clientes y difunden un estilo de vida más responsable con el medio ambiente. Para todo ello las marcas utilizan desde sus propios productos, a sus campañas de publicidad, pasando por sus blogs o sus redes sociales.

-Diseño único y ecofriendly

A la hora de diseñar muchas empresas ecológicas trabajan en la innovación para ofrecer productos energéticamente más eficientes, con menor impacto y más duraderos. Las copias y plagios a otras marcas son menos frecuentes en la fast fashion.

-Economía circular

Aunque aún queda mucho por hacer en este ámbito, en los últimos años se está avanzando poco a poco. Algunas empresas de moda se acercan a procesos circulares pero casi nadie ha completado aún el círculo. Sí hay muchas novedades en materia de reciclaje de materiales, desde la producción de prendas de PET a partir de plásticos reciclados de la industria alimentaria recogidos del mar, hasta la recuperación y reutilización de cueros usados para calzado y complementos nuevos, la creación de suelas de zapatillas con antiguos neumáticos o el reciclaje del tejido de algodón postconsumo. 

A pesar de estos progresos el procesamiento de ropa y complementos usados aún es muy minoritario y la mayoría de prendas que no queremos termina incinerada o en vertederos. Muchos emprendedores en este área están trabajando para cambiarlo, es el objetivo final para cerrar el círculo de la sostenibilidad.

-Transparencia 

Todo lo anterior no sirve si la marca falsea o blanquea sus procesos de producción, venta o comunicación, por eso es muy importante la transparencia en las empresas de moda sostenible. Muchas de ellas ofrecen datos claros sobre el origen y composición de sus productos, conocen y presentan públicamente a las personas que han hecho sus prendas, desarrollan informes de sostenibilidad abiertos para que todos los clientes los puedan consultar e incluso algunas publican sus datos económicos. La opacidad de algunas empresas de moda rápida se contrapone totalmente a esto.

-La moda sostenible se guía por criterios éticos

La ética y la responsabilidad con el entorno y las personas son clave en la moda slow, ética o ecofriendly. Aplica a todos los puntos anteriores y es la guía para todos los retos que surjan en cualquier empresa de ropa sostenible. 

Las marcas sostenibles se contraponen a la moda rápida o fast fashion.

Las grandes empresas de Fast fashion y su relación con la moda sostenible

En los últimos años, las grandes marcas de moda rápida han difundido numerosas campañas de comunicación relacionadas con la moda sostenible. Casi siempre asociadas al lanzamiento de colecciones cápsula de ropa fabricada con materiales más ecológicos. ¿Se puede considerar que estas cadenas multinacionales están haciendo moda sostenible? La respuesta es NO y os explicamos por qué. Spoiler alert: no cumplen casi ninguno de los puntos anteriores. 

En primer lugar, estas colecciones representan un porcentaje muy pequeño de su producción total de ropa, por lo que la mayor parte de su negocio sigue estando formado por fabricación a precios ínfimos y venta masiva. 

En segundo lugar la parte sostenible de esas colecciones se limita a menudo a la elección de materiales más ecológicos. Lo cual es positivo pero sigue siendo un pequeño gesto, ya que el resto del negocio, incluida la forma en la que se venden estas “colecciones más verdes” no es sostenible. 

El fomento del consumo continuo y creciente de moda de estas empresas de fast fashion es incompatible con el modelo de sostenibilidad. Por ejemplo, producen tendencias muy rápidas y pasajeras que tratan de animar a la compra constante a sus clientes. 

Su modelo de negocio se basa en el crecimiento exponencial de la venta, no en la circularidad, ni en la creación de nuevas formas de consumo menos dañinas para el planeta o la reducción del uso de recursos naturales.

Este fenómeno en el que se invierte un enorme presupuesto en publicitar las colecciones sostenibles pero no en desarrollar un cambio real del modelo de negocio, es conocido como Green Washing. Se trata de un “lavado de cara verde” de empresas que realmente no están haciendo cambios eficaces para producir y vender de forma más ética y responsable. 

A pesar de ello, creemos que estas grandes cadenas de moda rápida sí ha tenido un impacto positivo: han contribuido a poner de moda la moda sostenible. Su capacidad publicitaria ha hecho que muchas personas descubran el concepto y se inicie una conversación y un debate entre los consumidores. Y, aunque creemos que sus colecciones éticas son simplemente un gesto, también creemos que cualquier pequeño gesto puede ser el inicio de algo más grande.

Esperamos que en el futuro el concepto de Sostenibilidad no sea necesario porque toda la ropa que se produzca en el mundo se haga con criterios de respeto, pensando en el futuro del planeta y de las generaciones de personas que vivirán en él.

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